Los inicios de Sepla-Ayuda
La Fundación Sepla-Ayuda lleva cooperando desde 2005 con aquellos que más lo necesitan en diferentes partes del mundo. Su historia comienza gracias a tres de sus primeros impulsores: Vicente Alonso Fogué, ‘Titón’, quien continúa siendo su presidente; Pilar Sanchís, sobrecargo de Iberia y Andoni Nieto, presidente de Sepla por aquel entonces.
Fue Pilar Sanchís, conocedora de las necesidades del colegio Virgen del Carmen Hola-Hola de Malabo, en Guinea Ecuatorial, quien propuso a Titón la posibilidad de ayudar a los niños de la zona y procurarles una enseñanza y unas condiciones dignas. Conocedores de sus limitaciones y de las posibilidades que podía ofrecer Sepla, Pilar y Titón propusieron a Andoni Nieto, presidente del sindicato por aquel entonces, la posibilidad de crear una nueva herramienta de colaboración, idea que ya latía en la sede del sindicato en esos momentos.
La intención de colaborar de Sepla propició que, en poco tiempo, la Fundación Sepla-Ayuda se convirtiese en una realidad, llegándose a donar un 0,7% anual de las cuotas de afiliados del sindicato para estos fines.
Conocida la situación y recabados los fondos, tan sólo restaba analizar la situación in situ. Para ello se voló a Malabo y se conoció a la hermana Holanda Dájome, directora del colegio y pieza fundamental para todas las iniciativas que se desarrollaron allí.
Se pudo comprobar la situación y las necesidades del colegio así como qué otros proyectos se podrían llevar a cabo. Titón todavía recuerda aquel primer viaje de Sepla-Ayuda, sobre todo, por la crudeza de la situación en la que los niños acudían a la escuela. “Los chicos debían andar kilómetros para conseguir agua y los aseos no estaban en condiciones salubres por utilizar el sistema de letrinas”.
Paralelamente a su primer proyecto en Guinea Ecuatorial, Sepla-Ayuda se iba constituyendo de manera formal con la elaboración de sus estatutos, en cuya redacción también contribuyeron Manuel González Laguillo y Pedro Durán Inclán, pilotos de Iberia. Rafael Pérez Medina, compañero de Titón y con experiencia previa en labores de cooperación, colaboró en los primeros pasos de la fundación y aún continúa haciéndolo en la definición del desarrollo y métodos de trabajo de Sepla-Ayuda.
El boca a boca también hizo su labor dando a conocer a la Fundación Sepla-Ayuda. De hecho, la princesa Irene de Grecia se interesó por la labor de ésta y colaboró con la donación de una bomba de agua que aún hoy la sigue extrayendo del pozo excavado a más de 70 metros de profundidad en el patio del colegio Virgen del Carmen Hola-Hola.
El éxito de esta iniciativa animó a la fundación a contribuir con más proyectos, como el arreglo de los baños del centro, la construcción de una biblioteca y un nuevo patio para los más pequeños, o una dotación económica para proveer a los alumnos de un desayuno todos los días y que todavía sigue en marcha.
Pero este no ha sido el único proyecto que la fundación ha llevado a cabo en Guinea Ecuatorial. En otro de los viajes que se realizaron a Malabo y con la ayuda de Rocío Feu e Ignacio Traver, Sepla-Ayuda se embarcó en otro proyecto de carácter escolar. En esta ocasión, el proyecto se desarrolló en el colegio Virgen María de África y con la colaboración de la Asociación de empleados de Iberia Padres de Minusválidos (APMIB), ahora parte del Grupo Envera, psicólogos, logopedas y fisioterapeutas comenzaron a trabajar con niños con discapacidad intelectual.
El plan contemplaba, además de prestar asistencia en el día a día a los 19 alumnos del centro que vivían esta situación, colaborar en la formación de profesores y padres. De esta forma, Sepla-Ayuda pudo ofrecer clases a docentes, no sólo de ese centro, sino de todo el país, en las que se les orientaba en lo relativo a la enseñanza de niños con discapacidad para que estos no se quedasen al margen del resto de niños.
En 2008, de la mano de Pedro García Álvarez y Titón, Sepla-Ayuda organizó su primer viaje de voluntariado, con 10 jóvenes voluntarias, con un magnífico final a cargo de Rafael Clemente. -Una nueva forma de colaboración que contribuyó a expandir los horizontes de la organización.
Adicionalmente a las actuaciones llevadas a cabo con los fondos de Sepla-Ayuda, existen otras muchas impulsadas por donaciones como las de material escolar que han realizado en varias ocasiones María Dolores Arco y Rocío Gálvez, los numerosos libros que llenan la biblioteca del colegio Virgen del Carmen Hola-Hola provenientes de los pilotos que hacen posible Sepla-Ayuda o las actuaciones del grupo de música Los Secretos que hasta en siete ocasiones ha colaborado con la fundación ofreciendo conciertos solidarios.
Con motivo de la labor desarrollada a lo largo de todos estos años, la Fundación Sepla-Ayuda fue reconocida el 24 de abril de 2007 como fundación de carácter asistencial.